Las cataratas de Iguazú
Cuentan
la leyenda que hace miles de años una serpiente gigante vivía en el río Iguazú,
para calmar su ferocidad los guaraníes primitivos habitantes de la región,
sacrificaban anualmente a una bella doncella y la arrojaban a las aguas del río
como una ofrenda a la bestia. Así fue como el joven cacique acompaño a realizar
esta ceremonia con otras tribus de la zona y en el ritual el joven decidió
salvar a la hermosa Naipi del tradicional ritual. Ellos intentaron escaparse en su canoa por el río
pero la serpiente al enterarse de la traición
entró en cólera encorvó su lomo y así dio origen a las cataratas de Iguazú.Los
amantes quedaron separados para siempre y se transformaron en dos árboles que
hoy se pueden ver en la parte superior de las cataratas, luego de saldar su
cuenta pendiente la serpiente se sumergió en la garganta del demonio y desde
ahí vigila que los enamorados no se encuentren. Sin embargo los días a pleno
sol y el arco iris, superan el poder de la serpiente y los amantes unen una
verdadera historia de amor que atraviesa las eternas cascadas de la tierra
misionera.
Miriam Jiménez. 5º
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